Te llamó y no pudiste controlarlo, le contestaste. Como dicen sus amigas y tus amigos no pierdes nada hablando con ella. Está bien, pensaste que sería una manera muy sincera de solucionar todo lo que había pasado. Te invita a su casa
Llegas, no pregunta quién es y te abre. Tú, prendiendo uno de esos aromáticos que tanto te gusta, te acercas a ella.
-Tanto tiempo ¿Todavía tienes ese cenicero viejo? – le dices- Y la llevas a la cama.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que profundo U_U
ResponderEliminarya viene, tranquila
ResponderEliminar