Felipe:¿Te vas, soñador, poseedor de la clave de la felicidad?
Gustavo: ¿Qué te pasa?
Felipe: Quédate con nosotros
Gustavo: No puedo, mírala ¿acaso no ves que se está alejando?
Felipe: Todo está bien, déjale el mundo a ella solita. Vamos a beber licor
Y los dos se fueron abrazados.
miércoles, 26 de agosto de 2009
martes, 25 de agosto de 2009
Sobradita
"Quisiera, pero nada dura para siempre"
Para siempre
Ratones Paranoicos
Te vi y no, no era a mi a quien saludabas.
Para siempre
Ratones Paranoicos
Te vi y no, no era a mi a quien saludabas.
jueves, 13 de agosto de 2009
Para los del lunes
"I want you day after day"
Show me the way
Peter Frampton
Cojudita, no mostramos los verdaderos miedos que tenemos. Preferimos contarnos las hazañas del primo como las nuestras, burlamos del gol del fin de semana, hablar de que no nos importa que todo acabe porque sí o, en fin, hablamos de las peleas de los viejos de tu chica. No hay conciencia absoluta de nada y no está mal. Tememos conversar sobre las zonas oscuras que ciertamente nos intimidan.
Yo, mencionada cojudita, vivo con cojudeces. Tengo la mente mareada. Para calmar eso, podría encaminar mi rumbo, rehacer planes o retomarlo todo. Puedo entretenerme viendo a los niños más pequeños de carita blanca montar su skate. Por qué no, podría ir a correr o quizá encerrarme de nuevo a ver esas series en DVD todos los días. Finalmente podría construir un mundo nuevo para ti. Sin embargo, estoy desolado, oyendo el resplandor del viento y el cántico de los canarios enjaulados.
Además, mientras estoy soportando como nadie este frío me doy cuenta de que no se logra calmarlo con llevar los dedos a los bolsillos del jean. Lo siento, querer no es poder. Ahora lo digo yo. Por lo menos, dejarte no es tan fácil como comprarse un celu.
Me identifico con uno de esos tontos que te pide jurar o pedir su palabra con la idea remota de que se irá a cumplir lo que estúpidamente nos hace oír. Te juro, he jurado que te dejaría si no es hoy, mañana. Lo he hecho frente a todos los santos a los que rezaba la abuela. He jurado también pensando en los que espero, sin embargo, que triste es saber que ellos se demoran en llegar o que quizá nunca lleguen.
Cada vez que hablo acerca del tema me enfermo a una presión por seguir contigo y de no perderte jamás. Tenerte siempre a mi lado, como si dependiese solo de mí esta miseria. Como la del loco que imaginas. Lo peor es que lo ignoras, pero sí, tu no presencia material es angustia. La angustia que vivo es la del día a día. Hoy, esta angustia ha despojado mis recuerdos.
Yo contigo soy un tipo sin miedo, me permites pensar solo en ti, me haces compartir todo el tiempo como un fugitivo que encuentra en su desaparición un poder emocional que logra controlar.Tú me haces pensar en que nada me importa y que todo se puede (tú sí me importas, babe). Si poco a poco no acabaras conmigo sería al revés: me abandonarías con todo lo mío y no te llevarías nada. Solo por eso estoy bien, expuesto a nuestra unión indisoluble, dejándome lamer como un cachorro en la caja de la perra.
Show me the way
Peter Frampton
Cojudita, no mostramos los verdaderos miedos que tenemos. Preferimos contarnos las hazañas del primo como las nuestras, burlamos del gol del fin de semana, hablar de que no nos importa que todo acabe porque sí o, en fin, hablamos de las peleas de los viejos de tu chica. No hay conciencia absoluta de nada y no está mal. Tememos conversar sobre las zonas oscuras que ciertamente nos intimidan.
Yo, mencionada cojudita, vivo con cojudeces. Tengo la mente mareada. Para calmar eso, podría encaminar mi rumbo, rehacer planes o retomarlo todo. Puedo entretenerme viendo a los niños más pequeños de carita blanca montar su skate. Por qué no, podría ir a correr o quizá encerrarme de nuevo a ver esas series en DVD todos los días. Finalmente podría construir un mundo nuevo para ti. Sin embargo, estoy desolado, oyendo el resplandor del viento y el cántico de los canarios enjaulados.
Además, mientras estoy soportando como nadie este frío me doy cuenta de que no se logra calmarlo con llevar los dedos a los bolsillos del jean. Lo siento, querer no es poder. Ahora lo digo yo. Por lo menos, dejarte no es tan fácil como comprarse un celu.
Me identifico con uno de esos tontos que te pide jurar o pedir su palabra con la idea remota de que se irá a cumplir lo que estúpidamente nos hace oír. Te juro, he jurado que te dejaría si no es hoy, mañana. Lo he hecho frente a todos los santos a los que rezaba la abuela. He jurado también pensando en los que espero, sin embargo, que triste es saber que ellos se demoran en llegar o que quizá nunca lleguen.
Cada vez que hablo acerca del tema me enfermo a una presión por seguir contigo y de no perderte jamás. Tenerte siempre a mi lado, como si dependiese solo de mí esta miseria. Como la del loco que imaginas. Lo peor es que lo ignoras, pero sí, tu no presencia material es angustia. La angustia que vivo es la del día a día. Hoy, esta angustia ha despojado mis recuerdos.
Yo contigo soy un tipo sin miedo, me permites pensar solo en ti, me haces compartir todo el tiempo como un fugitivo que encuentra en su desaparición un poder emocional que logra controlar.Tú me haces pensar en que nada me importa y que todo se puede (tú sí me importas, babe). Si poco a poco no acabaras conmigo sería al revés: me abandonarías con todo lo mío y no te llevarías nada. Solo por eso estoy bien, expuesto a nuestra unión indisoluble, dejándome lamer como un cachorro en la caja de la perra.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)